lunes, 21 de junio de 2010

El elocuente soliloquio de mis suspiros se desdobla en la versatilidad de la niebla

En la psiquis llevo tantas inquietudes
Lo mismo que un cúmulo cerrrado sus estrellas en el firmamento.

E
xpresarme por escrito y aun fonéticamente
Lo considero insuficiente para dar a entender,
O por lo menos informar
C
on relativa claridad,
Uno a uno los sentires e ideas,
En orden creciente, que abstractamente
No cesan de tomar cuerpo en mi mente;
Tengo por ello que donarles a las moléculas de aire
E
l cual responde formando figuras en el vaho.

S
i el dialogo entre suspiro y suspiros
Oprime la creatividad para buscar y encontrar
La mejor expresión para darme a entender
Incesantemente investigaré hasta lograr
La clave descubrir
O el lenguaje inventar
Que me de la oportunidad de, ante el mundo
Una vez por lo menos, poderme explicar;
Insistido he y no pienso detenerme
O de lo contrario mi presencia en el universo infructifera será.

D
e las estrellas recibimos luz y calor
Expresadas, ambas cosas, en forma de radiación.

M
ientras el sólido, el líquido, el gas y el plasma
Insisten en manifestarse en su forma natural
Sigo presente procurando mis ideas expresar.

S
e que el razonamiento es una forma energética,
Una forma no solamente, la más maravillosa de todas,

Sí, ya que permite estudiar las otras;
Pero bien, lo que deseo es poder expresar
Ideas almacenadas, amasadas, evaporadas, condensadas,
Retorcidas y enderezadas,
Oprimidas y expandidas
Sobre y dentro de la dimensión razonamiento.

Sepulto pensamientos después de un ideocidio,
Enseguida me asalta el deseo de resucitarlos y lo hago.

Desde qué instante no recuerdo
El tiempo poco sentido tiene
Siendo que me es más importante
Dedicarme a examinar con un poco de detenimiento
O sistematicamente las posibles respuestas
Brindadas a las interrogantes,
Libremente expuestas,
A la madre naturaleza o fuente energética.

El ángel o demonio de las ideas
No descansa en su afán de susurrar a mis orejas.

La expansión y evolución del cosmos
Aun no se detiene como tampoco el razonamiento.

Vivo dentro de un ensamblaje de átomos
El cual ha sido llamado cuerpo humano;
Rayos, si el tal es mi habitación entonces no soy él,
Supongo entonces que debo ser
Algún ente inmaterial pero energético;
Todos los caminos conducen a Roma,
Indudablemente distribuidos están en forma radial.
La soledad es un resultado, un efecto, una consecuencia
Ineludible del hecho de ser cada quien,
De la Fuente del Todo, solo una porción
Admirablemente bien definida y limitada,
Debidamente identificada por las leyes de la cuantización.

Del entorno ambiental en el que estamos inmersos
Extraer podemos el valor de la frecuencia a la que pertenecemos.

La idea de ello es sincronizarnos,
A través del Todo, con la frecuencia de la Fuente.

Nacerá con ese paso, si logramos darlo,
Intuitivamente la certeza, la convicción,
El conocimiento y la seguridad de no estar solos.
Brillará consecuentemente entre nosotros
La armonía del amor y la paz
Anhelada desde hace muchos siglos.


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