El que padece un desajuste energético en su cuerpo
No puede por mucho que lo desee ejercer plenamente sus facultades.
Forcejea con su malestar procurando vencerlo;
Entristece, siente hastío y ansiedad.
Reanimarlo pueden algunos solo por tiempo breve
Mientras el curandero
Emplea tiempo y esfuerzo para encontrar la formula
Debidamente exacta que equilibre su nivel energético.
Aquél que postrado padece el rigor del desajuste
Delira porque no ve el día y la hora de sanar para alegrar su espíritu.
viernes, 13 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario