El Transeúnte

Como transeúnte que soy debo hacer camino al andar.

Conforme vaya andando iré mirando,
O, en función de los acontecimientos
Meditaré para tomar las decisiones pertinentes
Obviando en las bifurcaciones los senderos más tortuosos.

Transitar hacia un fin específico
Requiere, muchas veces, sacrificio y esfuerzo
Además de constancia y verdadera dedicación.
No dudando del propio pulso ni de nuestras capacidades,
Sino que confiando en la fuerza de nuestras aptitudes
Estaremos en nuestro andar llenos de energía positiva.
Un camino sin obstáculos es muy fácil para andar,
No quiero decir, sin embargo, que sean imprescindibles;
Toda vez que surja alguno
Es bueno verlo como un reto al deseo de cristalizar nuestro sueño.

Quiere todo humano lograr triunfos en su existencia.
Una vez fijada la mirada en los horizontes
Es necesario amarlos y desearlos con pasión como la sed al agua fresca.

Si se hace un alto en el camino
O en el andar, no debe ser para considerar volver atrás;
Ya no debe haber lugar para la cobardía en el corazón.

Debería cada ser demostrarse a sí mismo
El poder que posee para lograr
Beber o libar el dulce néctar de sentirse realizado,
Omitiendo de su flaqueza la posibilidad de no lograr la meta.

Honestidad para con su intelecto,
Amor para con su esencia y
Comprensión de su vulnerable condición humana
Es importante que cada quien alimente para
Recibir y mantener la luz de una buena conciencia.

Con mirada optimista hacia
Aquél futuro que deseamos, pero que no sabemos si llegará,
Mostramos el deseo que se tiene,
Inscrito en el corazón,
No más que de alcanzar, aunque sea en el
Ocaso de nuestra vida, la meta que nos hemos propuesto.

Aquél que no cree haber nacido para triunfar
La mediocridad le sonríe en cada paso de su andar.

Ahora que se inicia el final de estos renglones
No puedo menos que
Desearles, a todos los caminantes, “que logren
Alcanzar la cristalización de sus sueños”,
Recibiendo así la oportunidad de brillar cual estrella en el firmamento.